En 2023, Lima experimentó un incremento notable en la cantidad de viviendas nuevas que permanecen sin vender, especialmente en las zonas de mayor prestigio, como Lima Top y Lima Moderna. Este fenómeno refleja una tendencia en el mercado inmobiliario que puede estar relacionada con diversos factores, como el aumento de los precios, la incertidumbre económica o un desajuste entre lo que ofrecen los proyectos y lo que buscan los compradores potenciales. Si bien estos inmuebles cuentan con características atractivas, resulta crucial entender qué motiva a las nuevas generaciones a adquirir propiedades de lujo.
Las generaciones Y (millennials) y Z están redefiniendo el concepto de vivienda de lujo. Uno de los aspectos que más valoran es la flexibilidad en el diseño de los espacios. Estos compradores prefieren departamentos que se puedan ajustar a diferentes necesidades, ya sea para trabajar desde casa, recibir invitados o disfrutar de momentos de ocio. Esta flexibilidad les permite adaptar su entorno a su estilo de vida dinámico y en constante cambio. Por ello, los desarrolladores inmobiliarios deben priorizar la creación de ambientes que se puedan transformar y usar de múltiples maneras.
Además de la adaptabilidad, la tecnología juega un papel fundamental en la toma de decisiones de compra. Las generaciones Y y Z esperan que los departamentos de lujo cuenten con sistemas de automatización y tecnología avanzada que les faciliten la vida. Esto incluye desde sistemas domóticos que controlen la iluminación, la temperatura y la seguridad del hogar, hasta aplicaciones que permitan gestionar el mantenimiento o recibir servicios de manera eficiente. La tecnología no solo añade comodidad, sino que también se ha convertido en un símbolo de modernidad y prestigio.
Otro punto crucial para estos compradores es la evaluación de las áreas comunes. Las generaciones más jóvenes valoran el sentido de comunidad y buscan espacios donde puedan socializar y conectar con otros residentes. Las áreas como gimnasios, salones de eventos, coworking y zonas al aire libre se han vuelto indispensables en los proyectos de lujo. Estos espacios comunes no solo agregan valor a la propiedad, sino que también mejoran la calidad de vida de quienes las habitan, creando un entorno propicio para el bienestar y la interacción social.
Por último, para los millennials y la generación Z, la compra de un departamento no es solo una decisión a corto plazo, sino una inversión a futuro. Estos compradores están interesados en propiedades que tengan un potencial de revalorización a lo largo del tiempo y que sean fáciles de vender si deciden mudarse o cambiar de residencia en el futuro. La estabilidad y el crecimiento del valor de la propiedad son factores decisivos al momento de considerar la compra de un bien inmobiliario.